lunes, 23 de julio de 2012

El reto de construir un nuevo México en 30 años

El país debe abordar profundas reformas para dejar el vagón de cola de los grandes emergentes

Tras la crisis de deuda del año 1982, la economía mexicana inició un largo periodo de prosperidad que a día de hoy le ha convertido en una de las economías emergentes de mayor entidad en el mundo. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Su crecimiento medio anual se sitúa en el 2,8% del PIB, muy lejos de la capacidad mostrada por otras economías en desarrollo, tanto de América Latina como de Asia. La clase media no avanza. Y la renta per cápita ronda los 15.000 dólares anuales. El país ha caído en la llamada 'trampa de la renta media'.

Pero México tiene potencial. Segunda economía en cuanto a tamaño en Latinoamérica tras Brasil, podría multiplicar su PIB hasta los 7,5 billones de dólares, y el poder adquisitivo de sus ciudadanos podría llegar a ser similar al de los franceses.Al menos así lo piensan una gran cantidad de expertos y economistas, que para aventurar un futuro así de próspero tienen en cuenta el tamaño de la economía mexicana, su población, su situación estratégica en el mapa y su grado de aperturismo económico, entre otros factores. Sin embargo, ese progreso posible depende de un aspecto de enorme trascendencia: un paquete reformista que a lo largo de los próximos treinta años ‘toque’ a las propias instituciones, a la educación, a la investigación, al modelo ‘federal’ del país y a la forma de entender el gasto público. Unas reformas que, de no llevarse a cabo, dejarán a México en el vagón de cola de los países emergentes.

Más allá de la política
Semanas antes de las elecciones mexicanas, en las que obtuvo la victoria el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, fue presentado el libro Futuro para todos, acciones inmediatas para México. Coordinado por los economistas Claudio Loser y Harinder Kohli, lleva el sello del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) y de Centennial Group. El documento señala el camino a seguir para lograr un futuro próspero.

En concreto, el punto de partida es un país que, si bien es cierto que goza de una cierta estabilidad económica, altas reservas internacionales y un aceptable nivel de inversión extranjera, no ha sabido desarrollar nuevas capacidades tecnológicas, un buen capital humano y unas instituciones lo suficientemente fuertes como para producir productos más sofisticados. Un país que ya no puede competir en costes con otros de menor desarrollo, ni tampoco en alta tecnología con los más desarrollados.

Futuro para todos, acciones inmediatas para México propone más de una treintena de reformas que le permitirían colocarse con un PIB per cápita de 50.000 dólares. «De no seguir este camino, esa renta sólo avanzaría hasta 30.000 dólares en treinta años», manifestaba Claudio Loser, fundador de Centennial Group América Latina, a lo largo de la presentación del libro. Ese paquete reformista, defienden los que han elaborado el documento, va mucho más allá de ideologías políticas y requiere de un gran quórum entre fuerzas políticas, porque en el fondo supone una vuelta de tuerca a la actual estructura política, económica, social y cultural del país.

En todos los ámbitos
La primera de esas reformas tiene que ver con el ámbito de la educación. México ocupa, hoy por hoy, el puesto 66 en el ranking mundial de calidad educativa (según el Informe de Competitividad Global del año 2011). Sólo uno de cada seis mexicanos cuentan con un título universitario. A la vez, sólo hay una universidad del país entre las 200 más prestigiosas del mundo. Y por si fuera poco, la inversión en I+D apenas alcanza el 0,5% del PIB. Por eso, los expertos creen que la inversión debe estar mejor distribuida para garantizar la inclusión de todas las clases sociales. A su vez, se debe prestar más atención a la educación superior, con especial énfasis en las ciencias aplicadas incluyendo la ingeniería, y apostar por un ámbito educativo que promueva el emprendimiento y la innovación.

Para construir una economía competitiva, Centennial Group considera necesario también invertir mucho más dinero en infraestructuras, pasando del 2% del PIB actual al 3,5%. Hoy, México ocupa el puesto 69 a escala mundial en el ranking que elabora el Foro Económico Mundial en cuanto a la calidad de las mismas. Esa mayor inversión, complementada «con la colaboración del sector privado», debe incluir un refuerzo de las infraestructuras en el ámbito de las TIC y de la energía.

El sector financiero mexicano sigue siendo pequeño y concentrado: sólo siete bancos controlan más del 80% del mercado. Por eso, los expertos abogan por más intermediación financiera y por la apertura del sector, para fomentar la competencia y ofrecer un mejor servicio a segmentos como el de las pyme.
Respecto al clima de negocios, Cenntenial Group considera necesario terminar con algunos monopolios públicos (como el de Pemex o el de la Comisión Federal de la Electricidad) y privados, favoreciendo más la libre competencia. A la vez, las instituciones deberán volcarse en eliminar la informalidad, la corrupción e incluso el crimen, pues el clima de violencia, que ha vuelto a repuntar, en nada favorece a la actividad económica.

Futuro para todos, acciones inmediatas para México también cree necesarias más privatizaciones, una reforma fiscal ambiciosa, otra   más  -quizá la de mayor envergadura- para garantizar el buen gobierno tanto de la Administración Central como de los Estados federados, y otra para combatir la economía sumergida.
Por último, el libro anima a perseguir una política a favor de la igualdad y la inclusión , y un mayor grado de aperturismo de la economía de México a regiones como la asiática.
«Si este documento se tiene en cuenta, México pasará a ser un país de oportunidades y prosperidad», concluye Claudio Loser. Un claro mensaje para un momento de 'impass' político en el que las Cámaras van a proceder a renovarse.

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